- Árboles y rocas presentan pinturas realizadas por un artista
 anónimo que persigue hacer más agradable la ruta  y confirmar a los 
peregrinos que no se han perdido, empleando el “lenguaje” de los 
antiguos hitos 
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| Una flor que irrumple en el Camino | 
El 
Camiño de Inverno hacia 
Os Alvaredos , localidad  de la provincia de 
Lugo que linda con 
A Rúa,
 sorprende a los peregrinos en su recorrido por este último municipio  
al descubrir sobre rocas  y árboles pinturas en vivos  colores, 
principalmente amarillo, azul y rojo. Esta llamada a los ojos del 
caminante, le hace detenerse , esbozar una sonrisa  y reflexionar sobre 
su significado.  La curiosidad  de este tramo del Camino se convierte en
 un “enigma” a descifrar, sobre todo cuando del autor poco se sabe, tan sólo que procede de A Rúa y que tiene mucho empeño en guardar 
celosamente su identidad.
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| Señalización del Camiño de Inverno al llegar a los alvaredos | 
Asunción Arias, presidenta de la 
Asociación de Amigos do Camiño de Santiago de Valdeorras,
 conoce al artista anónimo, si bien recalca que no revelará el secreto 
de la identidad puesto que “non quere que se sepa”. No obstante, sí 
explica el sentido de las pinturas que se funden con la naturaleza.
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| Un loro entre los árboles | 
 Asunción Arias argumenta que, según el autor, las pinturas sobre las 
rocas son para recordar los hitos (señal o mojón de piedra permanente). 
 Relata que en los viejos caminos, mucho tiempo atrás,  en lugares que 
se consideraban sagrados se colocaban tres piedras a modo de triángulo 
(una en la base ancha, otra más pequeña y coronada por otra de inferior 
tamaño) para delimitarlos. Y  “cando o peregrino vai  camiñando e o 
Camiño pode presentar alguna dúbida, os propios peregrinos no propio 
mojón poñen tres pedriñas para decirlle o que ven detrás que vai ben, 
que está na ruta correcta”.
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| Máscara sobre los árboles en el Camiño de Inverno hacia los Alvaredos | 
Además, relata que en la antigüedad, como ya se observa   por ejemplo en
 las Cuevas de Altamira,  los colores básicos eran el azul real, el rojo
 y el amarillo, colores “moi místicos, coñecidos como do sagrado corazón
 o a chama trina. O azul é a vontade divina, o roxo  é a vida e o 
espíritu,  e o amarelo, a sabiduría. Cando se unen fórmase o que se 
chama a cor violeta, que significa transformación e transmutación”. Por 
tanto, cada pincelada de este arte en plena naturaleza del Camiño de 
Inverno está fundamentada.
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| Vistas del Sil desde el Camiño de Inverno A Rúa-Os Alvaredos | 
A Asunción Arias le parece muy bien que un artista se exprese con 
libertad: “todo o que sea arte eu o aplaudo” y que, al mismo tiempo, los
 peregrinos tengan una referencia  para saber que van por los senderos 
correctos.
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